El "Gigampfi", de 30,42 metros de altura y, por tanto, el más grande del mundo, pretendía simbolizar lo importante que es mantener el equilibrio del sistema de seguridad social suizo en el futuro. El balancín ofrecía espacio para tres personas a cada lado, cuyo objetivo era equilibrar el "Gigampfi" desplazando su propio peso.
La creativa idea de campaña de la agencia Evoq fue llevada a la práctica por el taller metalúrgico de NUSSLI utilizando casi exclusivamente materiales reciclables. Se utilizó el propio material del sistema de NUSSLI, que se utiliza repetidamente para escenarios, tribunas y otras estructuras de eventos. Con una buena dosis de creatividad, se convierte rápidamente en el mayor balancín del mundo.