La integración de la nueva grada exigió un verdadero trabajo a medida. Por supuesto, había que aprovechar al máximo el espacio disponible y ofrecer asientos al mayor número posible de visitantes. Al mismo tiempo, era importante no alterar en ningún momento la sustancia histórica. Un rompecabezas que resolvimos a la perfección gracias a la enorme flexibilidad del material del sistema NUSSLI, que luego vendimos.