La cabaña de ladrillo de Cham es el único ladrillar que se mantiene intacto de la Suiza de habla alemana y en la actualidad es un monumento protegido que, junto con el museo, da visibilidad a la historia del ladrillar, así como al proceso de fabricación que va de la arcilla hasta el ladrillo.
La construcción con arcilla tiene una larga tradición en Suiza. No obstante, en los últimos siglos la arcilla como material de construcción ha caído en el olvido debido a la industrialización y al desarrollo de otros materiales de construcción como el hormigón, el metal y distintos plásticos. Cada año se producen varios millones de toneladas de arcilla; este potencial debe aprovecharse en el futuro para manejar los recursos de forma más ecológica.
Roger Boltshauser, Boltshauser Architekten AG de Zúrich, junto con estudiantes de la TU München y la ETH Zürich han aceptado este desafío. Planificaron un mirador de casi nueve metros de altura desde el que los visitantes pudieran disfrutar de una vista de la amplia zona del ladrillar y de la reserva natural colindante. La torre de tapial muestra cómo el material de excavación sin cocer se puede reutilizar de forma sostenible y convertirse en arquitectura.
En 2017 los estudiantes de las dos universidades técnicas crearon los primeros diseños del proyecto que se continuó desarrollando en conjunto hasta el grado final de la ejecución. A finales de septiembre de 2020 se colocó la primera piedra de la construcción de la torre. La inauguración se celebró a mediados de abril de 2021.
Los especialistas del taller de forja de NUSSLI realizaron la escalera de caracol a medida con un cilindro de salida al tejado para acceder al mirador. El cilindro de construcción especial se puede abrir fácilmente por el principio de una puerta corredera y gracias a un contrapeso. La puerta plegable especial tiene un tamaño de 6 x 1,5 m, un peso total de 545 kg, y se puede abrir manualmente desde el interior y el exterior con un cabrestante. Se sacó un mecanismo de manivela a través de la pared de arcilla de 50 cm de grosor.
La producción de madera de NUSSLI facilitó el mirador adecuado. Se emplearon barras de 14 m que hubo que unir con empalmes porque no había espacio para secar una parte de las barras en el horno. El equipo construyó in situ la estructura de soporte y montó el armazón de 3 200 kg con precisión milimétrica sobre los módulos de arcilla. Por último, como revestimiento se utilizó una rejilla de alerce con una subconstrucción de aluminio y se colocó una barandilla sobre los elementos de arcilla. La barandilla inclinada hacia fuera junto con el armazón se mantiene fija con bielas.
El proyecto contó con el generoso apoyo del cantón de Zug, los municipios de Cham, Hünenberg, Risch, Steinhausen, el fondo de sostenibilidad de ESA, la fundación Werner-Siemens, la ACB-Schwerpunktfonds der Gemeinnützigen Gesellschaft Zug y las empresas participantes en la construcción.